Debido al gran éxito del artículo sobre el tuunbaq me he decidido a hacer este sobre la expedición perdida de Sir John Franklin. A estas alturas muchos ya conocen la existencia del HMS Terror y el HMS Erebus, pero aquí voy a intentar ofrecer algo más de contexto a por qué esos barcos acabaron atrapados en el hielo del Ártico.
Índice
El Paso del Noroeste y la expedición perdida de Sir John Franklin
En busca del Paso del Noroeste
Encontrar una ruta hacia Asia sin tener que bordear América del Sur era una jugosa idea. Ya se había intentado durante la Edad Moderna aunque sin contar con ningún instrumento o referencia fiable. En el siglo XVIII sí haría intentos reales de descubrir el Paso del Noroeste.
Pero será con el imperialismo en el siglo XIX cuando empezaran a organizarse varias expediciones bien financiadas. El Paso del Noroeste se convirtió en un necesario para facilitar el comercio inglés con China e India.
La expedición perdida de Sir John Franklin
Y el Paso del Noroeste seguía sin mostrarse. Pero eso solo animaba a seguir insistiendo bajo la promesa de gloria y una cuantiosa bonificación para su descubridor. La más famosa de las expediciones al Ártico fue la de Sir John Franklin. Y no porque tuviera éxito, sino porque este marino, junto a su tripulación y sus dos barcos, el HMS Terror y el HMS Erebus, se perdieron en el helado norte sin dejar rastro. ¿Qué pudo provocar un desastre de tal magnitud?
El capitán Sir John Franklin: la elección que nadie hubiera querido
Pese a su larga tradición marinera, Sir John Franklin nunca gozó de buena fama entre el almirantazgo británico. En su juventud había servido bien en la Armada durante las Guerras Napoleónicas. Sin embargo, cada vez que había estado al mando las cosas no parecían salir bien.
Entre 1819 y 1823, durante una expedición en el río Coppermine, al noroeste de Canadá, Sir John Franklin perdió a la mitad de su pequeño grupo. Principalmente a causa de hambre. El propio Franklin se vio obligado a comerse sus botas. Lo cual sería motivo de burla en el futuro. También se especuló con que hubiera un caso de canibalismo en aquella expedición.
En 1836 sería nombrado gobernador de Tasmania, cargo que desempeñó con gran ilusión. Pero sus intentos de reformar aquella colonia británica no fueron bien recibidos y fue destituido en 1843. Por entonces se estaba preparando una nueva expedición en busca del Paso del Noroeste. Y Sir John Franklin dio un paso al frente. Tal vez para resarcirse.
Había marinos más capacitados para el mando, pero todos rechazaron la propuesta. Así que finalmente Franklin recibió el mando de la expedición que tanto anhelaba.
HMS Terror y HMS Erebus: la búsqueda del Paso del Noroeste
Dos fueron los buques de la expedición Franklin. HMS Terror y HMS Erebus. Ambos barcos ya habían demostrado su capacidad para navegar por aguas frías cuando llevaron a James Clark Ross a la Antártida. Equipados con hélices a vapor, además del habitual velamen, eran navíos mucho mejor preparados que los utilizados en siglos anteriores. Además, las fallidas expediciones previas habían ofrecido un mejor conocimiento cartográfico de la zona. Todavía impreciso, pero válido.
En las bodegas del HMS Terror y del HMS Erebus se almacenaron provisiones para varios años (y un racionamiento hubiera aumentado su duración) y material para reparar averías, instalar campamentos o fabricar trineos. La expedición de Sir John Franklin parecía bien pertrechada para la aventura ártica. En agosto de 1845 fueron vistos por última vez.
Atrapados en el hielo
Todo parece indicar que el HMS Terror y el HMS Erebus quedaron atrapados en el hielo en el invierno de 1845-1846 cerca de la Isla de Cornwallis. Entraba dentro de lo esperado pues, con la llegada del verano ártico, pudieron seguir avanzando.
Entonces se dirigieron al sur hacia la Isla del Rey Guillermo (que en ese momento se creía una península, Tierra del Rey Guillermo) donde les sorprendió el invierno de 1846-1847. Sir John Franklin moriría ese invierno. Francis Crozier, marino experimentado de las expediciones de James Ross a la Antártida, asumió entonces el mando del difunto Sir John Franklin. Pero no podría liberar los barcos, pues el verano de 1847 no produjo deshielo. Por lo que tuvieron que soportar otro duro invierno en 1847-1848.
Con la llegada de la primavera la tripulación de la expedición Franklin abandonó los barcos. Es posible que los cascos se hubieran debilitado por la presión del hielo (capaz de estrujar a los buques tras dos inviernos) o los oficiales no creyeran que fuera a producirse un deshielo. Sea como fuere, optaron por continuar el viaje a pie, con la esperanza de alcanzar el río Back y pedir ayuda. Ninguno llegó.
¿Qué pasó con los hombres de la expedición de Franklin? ¿Canibalismo?
Todos murieron, eso está claro. Eso convierte esta expedición fallida en una de las más desastrosas para la Armada Británica en tiempos de paz. Pues hubo unos 130 muertos. Más la pérdida del HMS Terror y HMS Erebus. Sin embargo, es difícil saber con precisión cuáles fueron las causas de la muerte. Pero los expertos tienen sus teorías.
Utilizando los restos humanos encontrados como material de estudio, se determinó que la neumonía y la tuberculosis habían hecho estragos entre los tripulantes. El envenenamiento por plomo no parece que fuera mortal, pero sí debilitó a los marineros de la expedición Franklin.
Y la ausencia de comida sana para combatir al escorbuto acechaba. Es muy difícil conseguir alimento en el hielo. Más aún para los marineros ingleses que desconocían las costumbres de la escasa fauna polar. Por lo que la necesidad de consumir carne fresca se volvió imperiosa. Y cuando los compañeros empezaron a morir… Allí estaba la carne que necesitaban.
El canibalismo debió ser algo puntual pero presente en la expedición Franklin. Nos puede escandalizar, pero que no nos sorprenda. La desesperación de dos años atrapados en el hielo ingiriendo comida envenenada hizo la idea cada vez más atractiva. Quizá muchos se opusieran, pero está claro que alguno de los muertos llegó a ser cocinado por sus antiguos compañeros.
Así que enfermedad, frío, canibalismo (y muertes violentas que podemos intuir) fue lo que exterminó a las tripulaciones del HMS Terror y HMS Erebus. Las causas de la muerte del propio Sir John Franklin son desconocidas, pero ya tenía una edad avanzada cuando lideró la expedición (59 años) al duro Ártico.
El descubrimiento del Paso del Noroeste
La trágica historia de la expedición de Sir John Franklin sí aportó algo, después de todo. Los rescates enviados en su busca (1848-1850), altamente motivados por la esposa de Franklin, permitieron un mejor reconocimiento del terreno.
Tanto es así que uno de los participantes organizaría una expedición en 1851 que lograría encontrar el Paso del Noroeste. Su nombre era Robert McClure.
Sin embargo, la ruta no ofrecía condiciones de navegabilidad seguras para los barcos de la época. Por desgracia, no se consiguió la ansiada ruta de grandes beneficios. Décadas después el Paso del Noroeste sería desestimado con la construcción del Canal de Panamá.
A día de hoy se usa como destino turístico.
Novelas sobre la expedición perdida de Sir John Franklin
La más famosa y la única que voy a recomendar es la magnífica, El Terror, de Dan Simmons. Pese a que el autor no pudiera contar con datos precisos de lo que sucedió sí logró crear una inmersiva historia donde el lector teme por la vida de cada uno de sus tripulantes. Especialmente cuando la amenaza del hambre y el canibalismo se hace muy presente. Por lo que recomiendo encarecidamente su lectura. Aquí te dejo una reseña de El Terror.
Si te ha gustado este artículo sobre la expedición perdida de Sir John Franklin seguro que quieres consultar este otro sobre el tuunbaq. Además, también puedes echarle un vistazo a nuestra sección de novelas históricas. Y si tienes alguna duda puedes dejarnos un comentario. ¡Nos vemos!
gran articulo