El final de las Guerras del Peloponeso supuso el hundimiento del pdoer ateniense. Pero Esparta, vencedora en la contienda, tendrá problemas para compaginar sus antiguas costumbres de austeridad con el poder que ahora detenta. Esto llevará a una debilidad que será aprovechada por enemigos interiores y exteriores.
Al norte de Grecia, Macedonia empieza a fortalecerse, Filipo II logrará someter a los griegos bajo su mando y planea una campaña contra los persas, pero es asesinado y su hijo Alejandro hereda la corona.
Este joven, que pronto recibirá el sobrenombre de Magno será el conquistador de Egipto y Asia hasta el lejano río Indo, pero su temprana muerte fragmentará su imperio entre sus generales, dando origen al helenismo.