En un reciente artículo sobre la batalla de Midway hablé sobre bombarderos en picado y torpederos, de modo que tal vez sea necesario un segundo artículo, esta vez para explicar los distintos tipos de aviones utilizados en un portaaviones durante la Segunda Guerra Mundial. Explicaremos su armamento, ingeniería de combate y tácticas empleadas contra diversos objetivos.
Índice
Los tres tipos de aviones embarcados en un portaaviones
Toda fuerza de portaaviones se basaba en la coordinación de su triada de aeronaves: los bombarderos en picado causarían daños a la superestructura de los barcos, los torpederos abrirían agujeros en sus cascos y los cazas proporcionarían cobertura frente a cazas enemigos. Aquí en novelas históricas te vamos a dar un resumen de cada uno de ellos.
Cazas
La existencia de los cazas en un portaaviones era producto de la necesidad. No era un avión con el armamento adecuado para hundir barcos enemigos o atacar objetivos en tierra. Los almirantes hubieran preferido dedicar más espacio a bombarderos en picado y torpederos.
Sin embargo, los cazas eran el tipo de aeronave más común en los portaaviones debido que debían «estar en dos sitios a la vez»: como escolta de los bombarderos y como Combat Air Patrol (la fuerza aérea defensiva de las divisiones de portaaviones).
CAP: defensa de portaaviones
La función primordial de los cazas era proteger los barcos de la flota frente a los bombarderos enemigos (además de servir en labores de reconocimiento ante el posible avistamiento de submarinos o torpedos ya disparados).
Los cazas eran el tipo de aeronave más común en los portaaviones debido que debían «estar en dos sitios a la vez»: como escolta de los bombarderos y como Combat Air Patrol (la fuerza aérea defensiva de las divisiones de… Share on XPara garantizar su efectividad, los pilotos se turnaban en escuadrillas. De modo que siempre hubiera una patrulla en el aire y otra lista para despegar, con sus depósitos llenos y su munición cargada. En caso de ataque, estas escuadrillas de reserva despegarían de los portaaviones para garantizar superioridad numérica frente al enemigo.
La doctrina de combate japonesa priorizaba a los cazas sobre cualquier otra aeronave, por lo que durante un ataque enemigo las cubiertas de vuelo estaban despejadas para que los cazas pudieran aterrizar, rearmarse (su munición era limitada pero rápida de cargar) y despegar de nuevo.
Escolta de bombarderos
Se produce así una situación de la pescadilla que se muerde la cola. La existencia del CAP obligaba a utilizar cazas para que protegieran a los bombarderos de los cazas enemigos. Así que aproximadamente un tercio de los cazas embarcados se destinaban a labores de escolta.
El objetivo principal de esta escolta no era derribar cazas enemigos (aunque siempre era lo deseable) sino distraer al CAP enemigo para que los bombarderos pudieran atacar con más tranquilidad, al limitar las defensas enemigas a los cañones antiaéreos.
Torpederos
El segundo tipo de avión más común era el torpedero, aunque las razones para ello no están muy claras. Por un lado, se consideraba que el torpedo aéreo era el arma más eficaz contra buques capitales (acorazados y portaaviones) de modo que eso puede explicar su preferencia. Adicionalmente, los torpederos podían ser reconvertidos en bombarderos medios cuando se atacaba objetivos en tierra. Esta versatilidad podría explicar su abundancia.
Pero también es posible que su mayor número fuera consecuencia de su limitada esperanza de vida. Para garantizar un lanzamiento adecuado, los torpederos debían volar a baja altura, muy despacio y en una predecible línea recta, lo que les hacía muy vulnerables frente a armas antiaéreas y cazas enemigos (toda la escuadrilla VT-8 del USS Hornet fue abatida mientras se aproximaban a los portaaviones japoneses).
Para garantizar un lanzamiento adecuado, los torpederos debían volar a baja altura, muy despacio y en una predecible línea recta. Eso los hacía vulnerables al fuego antiaéreo. Share on XEl torpedero era el más polivalente de los aviones embarcados. No solo cargaba torpedos, sino que su tamaño permitía equiparlo con instrumentos de navegación (para dirigir al grupo de ataque hasta el objetivo) y a veces podía equiparse con bombas más pesadas que los bombarderos en picado.
Tácticas de los torpederos
Debido a la naturaleza de su arma, el mejor ángulo de ataque para un avión torpedero era 500 metros de distancia en un ángulo de 90º respecto al costado del barco. Eso, para UN avión. Pero era mucho más eficaz atacar en escuadrilla para asegurar un impacto.
Si juegas a World of Warships quizá recuerdes la maravillosa época cuando podías tener dos escuadrillas de torpederos y atacar a un barco por ambos flancos a la vez. Girara en la dirección que girara, el acorazado se iba a comer la salva de una de las escuadrillas. Durante la Segunda Guerra Mundial sucedía lo mismo. Atacar en escuadrilla aumentaba las posibilidades de éxito.
Uso alternativo: bombardero medio
La segunda función de los torpederos era servir como bombarderos medios durante ataques a tierra. Su torpedo era reemplazado por una bomba de peso similar y se le instalaba una mira de bombardero. La carga solía ser bombas explosivas, pero cabe mencionar que este tipo de avión hundió al USS Arizona en Pearl Harbor con una bomba perforante.
Bombarderos en picado
El bombardero en picado (dive-bomber) fue la respuesta a la escasez de precisión de los ataques aéreos antes de la aparición de los sistemas de guiado láser. Tuvo su reinado entre 1920 y 1950 antes de caer en el olvido de las armas obsoletas. Pero durante ese período cumplió su función.
La guerra aeronaval exigía acertar un blanco en movimiento, lo que reducía la precisión. El primer remedio que se intentó fue lanzar muchas bombas, pero el limitado espacio de los hangares de un portaaviones impedía el uso de bombarderos pesados (los únicos capaces de llevar tanta carga) de modo que se buscó aumentar la precisión de los bombarderos ligeros, y así nació el bombardeo en picado.
La física de los bombarderos en picado
Diseñados para garantizar precisión, la puntería de un bombardero en picado requería de resistencia, tanto del avión como su piloto. Este tipo de aeroenaves eran muy robustas debido a su necesidad de soportar varias fuerzas G durante sus maniobras, y estas mismas fuerzas G obligaban al piloto a entrenarse para desarrollar tolerancia. El riesgo de desmayo era muy real.
Un ataque típico de bombarderos en picado comenzaría a varios kilómetros de altura, 15.000 pies o más, en un rápido descenso con un grado de inclinación cercano a los 70º.
Durante la fase final de aproximación, el piloto desplegaría los aerofrenos para reducir la velocidad y mejorar la precisión. Se sabe que algunos pilotos disparaban sus ametralladoras con balas trazadoras para «sondear» donde caería la bomba. Pero estas balas nada hacían contra las cubiertas de los barcos.
A unos 300-500 metros de altura, lanzarían su bomba y remontarían altura, lo que expondría al avión y su piloto a nuevas fuerzas G, con el consecuente riesgo de que el piloto se desmayara o las alas del avión se quebraran.
Este era el precio a pagar para garantizar la precisión de un bombardero en picado.
Un bombardero en picado empezaría su ataque a unos 5-6 kilómetros de altura, descendería a gran velocidad con un ángulo de 70º y soltaría su bomba a unos 400 metros de altura, antes de remontar el vuelo. Share on XBombas explosivas y bombas perforantes
A diferencia de los torpederos, los bombarderos en picado podían equiparse con diferente armamento durante un mismo ataque. Aproximadamente dos tercios de las escuadrillas de bombarderos en picado se equipaban con bombas perforantes, el otro tercio con cargas explosivas o de fragmentación.
Las primeras estaban destinadas a perforar el blindaje de cubierta y detonar en el interior de los barcos, con el propósito de causar daño a sus partes más vulnerables, como la sala de calderas, los hangares o los pañoles de munición. Mientras que las bombas explosivas debían provocar fuegos en cubierta e inutilizar las baterías antiaéreas.
Bombarderos en picado vs torpederos, ¿cuál es mejor?
Circula un dicho que afirma «Si quieres hacer agujeros en un barco, usa bombarderos en picado; si quieres hundirlo, usa torpederos». Pero también es sensato afirmar que cada arma cumple su función. Todo es cuestión de oportunidad.
Efectividad de los torpederos contra barcos
La mentalidad militar consideraba el torpedero como el avión más peligroso para una flota enemiga, ya que la potencia explosiva de un torpedo era superior a la de una bomba ligera, y su impacto bajo la línea de flotación era devastador.
Buques de pequeño tamaño (como destructores y algunos cruceros, podían partirse por la mitad como consecuencia de la explosión). Barcos más grandes eran capaces (en teoría) de soportar más impactos de torpedo (el acorazado Yamato recibió de 11 a 13 torpedos antes de irse a pique). Que no es poca cosa.
Aunque los compartimentos se cerrasen para evitar una inundación, la cantidad de agua alteraría el centro de gravedad del barco, de modo que una nave se inclinaría hacia el costado donde había recibido el impacto, restando maniobrabilidad y (en el caso de un portaaviones) la posibilidad de utilizar la cubierta de vuelo.
Efectividad de los bombarderos en picado
Los bombarderos en picado se consideraban un arma menos letal que el torpedero, pero eran más precisos. Así que se esperaba que los bombarderos en picados causasen daños a los barcos enemigos, y alguno de esos impactos podría ser letal.
El objetivo predilecto eran cruceros ligeros y destructores. Un tipo de buques a los que un limitado número de bombas podrían mandar a pique. No obstante, en Midway se demostró la eficacia de las bombas frente portaaviones. Bajo ciertas circunstancias: que los hangares estuvieran repletos de aviones cargados de combustible y explosivos.