HBO Chernobyl

☢ HBO Chernobyl: Lovecraft y el terror de la negligencia

El accidente nuclear de Chernobyl

 

En mayor o menor medida, todos oímos hablar del desastre de Chernóbil. Incluso los que aún no habíamos nacido. Existía un aura de «algo salió muy mal y todavía hay niños con cáncer» en la cultura popular, pero si no habías investigado sobre el tema desconocías los detalles. Además, algunos artículos que hay por internet no lo explicaban demasiado bien y todo quedaba confuso. Yo no voy a explicarlo, no vaya a ser que me equivoque con mi ignorancia, pero sí puedo ayudarte a entender el accidente de Chernobyl: basta con que veas el quinto y último episodio de la miniserie de HBO. Si, por alguna razón, no quieres ver la serie es suficiente que veas el quinto episodio de HBO Chernobyl para entender qué ocurrió y cómo se produjo el accidente nuclear de Chernobil. Es muy explicativo.

 

Sin embargo, pese a que los sucesos del accidente de Chernobyl son recientes (pues pertenecen a lo que se denomina memoria viva, como el 11-S o la caída del Muro de Berlín) ya se consideran historia europea. Chernobil es una historia de lo que pudo ser y no fue, en dos aspectos.

 

Chernóbil: electricidad gratis y apocalipsis fallido

Por un lado estaba la promesa de la electricidad gratuita (el precio fue simbólico). El sueño de los físicos soviéticos era la de una URSS alimentada por centrales nucleares que proporcionaran electricidad estatal para toda la población del país comunista. El poder energético de una central nuclear es muy superior a cualquier otra planta, por lo que el sueño tan solo requería las suficientes centrales.

 

Por otro lado, está el desastre que pudo ser y al final se evitó. Solo la eficaz gestión del desastre (pese al alto precio en vidas y las mentiras) evitó el pequeño apocalipsis de Europa Oriental. Esas necesidades energéticas antes mencionadas, las de un país que se centraba en la industria pesada, llevaron a las centrales nucleares, y a su personal, a unos niveles de exigencia que desembocaron en el desastre de Chernobyl. Los responsables directos fueron los dirigentes y trabajadores, pero sobre ellos pesaba la sombra de las demandas del partido.

Solo la eficaz gestión del desastre (pese al alto precio y las mentiras) evitó el pequeño apocalipsis de Europa Oriental. Clic para tuitear



La versión cinematográfica de HBO Chernobyl

HBO Chernobyl

Ya hemos hablado de la realidad, ahora toca la presentación para el gran público.

Para quien no lo sepa, la serie de Chernobyl pertenece al género de terror. Aunque no lo parezca a simpel vista. Está garantizado que tiene un componente histórico, de no ser así no estaríamos hablando de ella en Novelas históricas, pero los creadores lo han mezclado con el género de terror. Y más adelante explicaré el gran acierto de este planteamiento.

Por el momento bastará con alabar la magnífica labor de quienes han hecho posible esta obra maestra. Desde un argumento no lineal que ha optado por centrarse en diversos personajes y el grado de conocimiento que tienen a una buena selección de los escenarios, la fotografía y el elemento sonoro. De este último hablaré más adelante, cuando haga mención a los ingredientes que hacen de esta miniserie un referente para el género de terror.

A tal punto ha llegado el compromiso que muchas de las imágenes que se nos presentan en la serie son auténticos reflejos de las grabaciones reales, como puedes ver en este ensayo (en inglés) sobre dramatización de sucesos reales.

Los personajes en HBO Chernobyl

Este terror lovecraftiano lo sufren los personajes. El foco principal se lo llevan Valeri Legásov (Jared Harris), Boris Shcherbina (Stellan Skarsgard) y el personaje ficticio de Ulana Khomyuk (Emilly Watson), pero como espectador he sentido una gran empatía hacia los personajes secundarios, esos a los que la miniserie de la HBO les dedicaba un episodio. Dos, como mucho.

Los mineros (con su coraje extremo y su rebeldía ante un sistema que exige más de lo que ofrece), los bomberos —y la esposa del bombero, que le da una gran carga dramática a la aceptación del desastre y su deseo por darle confort a su marido en sus últimos momentos—, los habitantes de Prypiat (la escena en el puente de la muerte es desoladora) y los trabajadores de la fábrica, que caen como moscas ante algo que intuyen pero no terminan de comprender. Y el soldado encargado de matar perros. Escenas de gran dureza a través de gente corriente.



HBO Chernobyl y el Lovecraft

Recientemente leí, más bien escuché porque fue en formato audiolibro, La llamada de Cthulhu, una obra de H.P. Lovecraft que alabé por ser capaz de transmitir oscuridad a través de palabras. Las temáticas de ese autor giran en torno al terror a lo desconocido. No recurre a los sustos ni al gore, sino a la atmósfera de ser alguien insignificante en un mundo donde fuerzas oscuras más antiguas que el tiempo juegan con la humanidad. Y la serie de HBO Chernobyl me despierta sensaciones semejantes.

El primero de estos elementos de terror es la ignorancia. Tanto los personajes como el público se nos presenta con un desastre, pero su alcance todavía nos es desconocido. No sabemos qué ha pasado. Los que lo saben prefieren no decirlo. Y los que deben solucionar el problema ignoran como hacerlo. Nadie está preparado. Y el espectador, a salvo desde su sofá, observa una muerte invisible que se hace notar poco a poco hasta derretir rostros, quemar manos y provocar hemorragias salidas de la nada.

Somos testigos del terror de los dos operarios que contemplan, con sus propios ojos y sin protección alguna, el núcleo de un reactor nuclear, hermoso y letal. No sabemos qué ocurre, pero vemos los muertos y las deformidades en la piel. Sentimos angustia por esos pobres ignorantes de funesto futuro.

La banda sonora de HBO Chernobyl y el terror atmosférico

Uno de los elementos más poderosos a la hora de transmitir la sensación de angustia en HBO Chernobyl es su poderoso componente auditivo. Desde el desquiciante sonido de los medidores de radiación (cuya intensidad crece y crece en los oídos del espectador) a los siniestros silencios de los bosques muertos; toda vida eliminada por efecto de la radiación. Hay veces en los que la serie parece estar chillando en agonía, con unas notas musicales que desentonan, pero cumplen su función de transmitir el horror.

Hildur Gudnadóttir, compositora de la banda sonora de HBO Chernobyl.

Hildur Gudnadóttir, compositora de la banda sonora de HBO Chernobyl. Fuente: Epicleff Media

Intrigado por esta «música», me puse a investigar. Y digo «música» porque he descubierto que Hildur Gudnadóttir, la compistora de la banda sonora de HBO Chernobyl, utilizó sonidos de centrales nucleares, sonidos reales grabados en el lugar, para componer la música de la serie. Por eso hay tantos chirridos metálicos, crujidos y zumbidos en la banda sonora de la miniserie. Todo un acierto cuando no se quiere componer una música para escuchar (no será uno de esos álbumes que se vendan) sino para complementar la imagen y la experiencia del espectador. Todo un compromiso con el género de terror.

El terror de la negligencia

Y llegamos al único enemigo tangible de la serie: la negligencia humana. La cadena de errores fatales que llevaron al desastre de Chernóbil. Errores que comenzaron con el propio sistema de promociones dentro de la URSS y llegaron hasta los dirigentes de la central nuclear en Ucrania. Existían individuos que no conocían los riesgos, y otros que los conocían pero les quitaron importancia. Se buscó el éxito a cualquier precio, aunque fuera un éxito plagado de trampas y mentiras, como bien refleja el personaje de Dyatlov.

La misma negligencia que luego pesa sobre los trabajadores de la fábrica, conscientes de que una crítica a sus superiores puede suponer un despido fulminante, un proceso judicial o el exilio. Su negligencia es una forma de primigenia supervivencia, la necesidad de obedecer para conservar su trabajo, su casa y sus derechos como ciudadanos de la URSS.

¿Recomiendo ver la serie de HBO Chernobyl?

HBO Chernobyl en Blu-ray

HBO Chernobyl en Blu-ray.

Absolutamente. No he apreciado errores históricos más allá de los necesarios para la dramatización y que la propia serie aclara en sus créditos finales. De las diversas críticas al comunismo de la URSS (algo que me esperaba al ver una serie de la HBO) solo he visto una que estuviera fuera de contexto: la escena donde el personaje de Ulana Khomyuk acude a ver al obeso e ignorante líder comunista de Bielorrusia. La de «antes era zapatero, me uní al partido y ahora soy secretario general». Una escena infame. Todas las demás críticas entran dentro de lo necesario para comprender el desastre y su gestión. La cerrada mentalidad del «aquí no pasa nada».

HBO Chernobyl es una magnífica presentación de sucesos reales explicados con una gran técnica narrativa para el gran público. Todo un acierto tanto a nivel de entretenimiento como educativo, al mostrar, por fin, claridad sobre los acontecimientos del mayor desastre nuclear hasta la fecha.


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