The Century

⊛ Los errores históricos de la trilogía The Century, de Ken Follet

Como estudiante de Historia mi apreciación de los errores e imprecisiones de las novelas históricas fue temprano. Mi pasión por leer este género literario se mezclaba con un ojo, algo cruel, siempre a la caza de erratas que señalar. Especialmente si era algún tipo de lectura conjunta con los compañeros de clase. De modo que voy a recuperar el viejo hábito y marcar aquí los errores históricos de un grande la literatura como es Ken Follet. En concreto una mirada crítica a la trilogía The Century, sobre los acontecimientos del siglo XX.

Ken Follet y los errores históricos

En primer lugar me gustaría romper una lanza en favor de Ken Follet. El autor galés es un autor consagrado a la investigación previa sobre sus novelas (como todos deberían hacer) y no tiene el más mínimo reparo en reconocer sus errores una vez publicados sus libros. Incluso hace públicas sus meteduras de pata. De modo que si algo podemos esperar en las novelas de Ken Follet es precisión histórica.

Con esto por delante vamos a examinar los errores que se cometieron al escribir la trilogía The Century. Veamos qué se puede localizar. Algunos pueden corroborarse con una simple visita a la Wikipedia, pero otros, los más retorcidos, proceden de mentes igualmente retorcidas que les gusta, fuente histórica en la mano, señalar errores. Hoy veremos algunos de los más llamativos. ¡Vámonos de caza!

Los errores históricos de la trilogía The Century

Ken Follet posando con él mismo.

Uno de los elementos más llamativos de la saga The Century es la perfecta ubicación de sus personajes. Soy consciente de que una novela histórica debe tomarse licencias con el fin de entretener, y que a menudo ninguno de sus protagonistas existió realmente. No obstante, hay algo un tanto molesto en los personajes de The Century, y es su don para la omnipresencia.

Un pilar común de los libros históricos es colocar al protagonista en el centro de los hechos, algo perfectamente normal si se quiere relatar esa historia (lo mismo ocurre con la Operación Alberich en la película de 1917); sin embargo, a menudo te encuentras con personajes que tienen la molesta costumbre de estar SIEMPRE en medio de la acción. Una capacidad especial para, a veces sin mucha explicación, estar en todos los lugares donde algo trascendental ocurre. Como lector de novela histórica, es algo que me hace levantar una ceja. En eventos tan complejos como la Primera Guerra Mundial o las campañas en el Pacífico sería escandalosamente descarado colocar a un personaje en el centro de todos los acontecimientos.

De modo que Ken Follet se las ingenia para repartir este don de la omnipresencia entre los muchos personajes de sus novelas, pero aún así es posible ver esa sensación de omnipresencia, donde todo lo que es relevante para la Historia está incluido en la historia que cuenta la novela. Ceja alzada, pese a lo mucho que se disfrute leyendo The Century.

Errores históricos en La caída de los gigantes

La caída de los gigantes tiene el mejor título de la saga The Century, pues recrea el fin de los grandes imperios europeos y la destrucción de los valores que llevaron a creer en la tecnología y la innovación como el motor hacia un futuro mejor. En esta novela somos testigos de la industrialización de la matanza y la incompetencia de las elites al cargo de la guerra.

Taxis a la guerra

Uno de los episodios más célebres del principio de la Gran Guerra se produjo cuando taxistas franceses fueron contratados para transportar soldados desde París hasta el frente. Una de esas ocasiones que merecen un aplauso por su osadía e ingenio. No obstante, Ken Follet confunde las ciudades en el frente de guerra. Los taxis fueron a Gagny, no a Blagny. Un error honesto para un angloparlante.

La frontera del Niágara

Poco después de la instauración de la Ley Volstead, (la Ley Seca), uno de los personajes cruza el Niágara hasta Canadá por una «ruta sin vigilar». Esto no es posible. Solo existen cuatro vías de acceso, por ferry o por puente, y ninguna de ellas estaría exenta de guardias fronterizos. Ni siquiera entre aliados tradicionales como Canadá y Estados Unidos.

Teddy Roosevelt ya lo hizo antes

Woodrow Wilson no fue el primer presidente de Estados Unidos que salió del país durante su mandato. El gran proyecto de ingeniería de Theodore Roosevelt, el canal de Panamá, se consideró tan vital para el comercio estadounidense que Teddy fue a visitarlo. Wilson se tendrá que conformar con a ver sentado los cimientos de la Sociedad de Naciones, inspiración de la actual ONU.

Errores históricos de El invierno del mundo

El invierno del mundo es la segunda novela de Ken Follet de la trilogía The Century y sigue los pasos de la siguiente generación, con los hijos ocupando el lugar de los padres a medida que el mundo se ve envuelto en una segunda guerra mundial.

No todos son portaaviones

Tras el capítulo que narra la Batalla de Midway, el narrador nos recalca la importancia que los portaaviones tendrán en la guerra a partir de ese momento. Y que, con mucho esfuerzo, Japón logrará reponer sus pérdidas, pero que EEUU construirá noventa en el mismo periodo. Hagamos una pausa porque los portaaviones no son barcos menores, ni es fácil o barato adquirir uno. Mucho menos noventa. Tan solo veintidós de esos portaaviones (que se dice pronto pero son muchos) son verdaderos portaaviones, los otros son cargueros reconvertidos o portaaviones de pequeño tamaño, ideales para labores de escolta. Y su número tuvo que ser repartido entre el Pacífico y el Atlántico.

¿Una mujer en la beca Rhodes?

La beca Rhodes (en honor del hombre que creó Rhodesia, una de esas extrañas circunscripciones territoriales de la época del colonialismo) solo podía ser otorgada a hombres. Esto continuó así hasta 1977. De modo que no, ninguna mujer pudo ganarla antes de esa fecha.

Errores históricos de El umbral de la eternidad

La tercera y última entrega de la trilogía The Century es la más descarada en su omnipresencia. Amigo personal de los Kennedy, activista por los derechos de los negros, berlinés oriental que quiere saltar el muro, estrella ascendente en el partido comunista ruso… Pero bueno, se lo perdonamos a Ken Follet.

El avión que iba demasiado rápido

Durante el incidente del Lockheed U2 derribado en la Unión Soviética el autor gales afirma que la aeronave volaba a una milla por segundo, esas 3600 millas por hora multiplican por siete la velocidad máxima del avión. La próxima vez esperamos que no corra tanto.

Yugoslavia y el Movimiento de los Países No Alineados

A pesar de que la ideología política de Tito, dictador de Yugoslavia, era cercana al socialismo lo cierto es que este país nunca estuvo tras el Telón de Acero (expresión acuñada por Churchill) ni en la órbita directa de la URSS. Algo que Ken Follet señala. Yugoslavia se libró de los nazis con escasa ayuda de la Unión Soviética, lo que le permitió distanciarse de Stalin hasta el punto de formar el Movimiento de los Países No Alineados, para independizarse tanto de la URSS como de EEUU.

La lotería que te toca antes de jugarse

La infame lotería para ser reclutado en el ejército de los Estados Unidos de cara a servir en la Guerra de Vietnam no fue instaurada hasta 1969, no 1966 como se indica en la novela.

¿Sirve la trilogía The Century para aprender historia?

Hasta aquí la modesta lista de errores. Y ahora, la pregunta: ¿es la trilogía The Century apta para aprender historia?

Como ya viene siendo habitual con otras novelas de Ken Follet, la labor de investigación histórica es exhaustiva. La mayoría de los errores arriba señalados son de escasa envergadura, con la excepción de la Yugoslavia de Tito. Algunos, incluso cómicos.

De modo que si, puedo afirmar que como fuente generalista The Century sirve para conocer de pasada los grandes acontecimientos del siglo XX. Quizá no profundice en ellos, pero resulta una amena incursión por la agitada cronología del siglo de los altibajos, la época que vio lo mejor del desarrollo humano y lo peor de su lado sanguinario. Recomendada, sí.

1 comentario en “⊛ Los errores históricos de la trilogía The Century, de Ken Follet”

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