Desde 1996 se vienen celebrando unas actividades medievales en Teruel. Estos actos han puesto en relieve a dos figuras históricas de la ciudad aragonesa. Ella era Isabel de Segura. Él, Diego de Marcilla. Esta es la leyenda de los amantes de Teruel. Ella era la hija de un mercader acaudalado y él un hombre sin ascendencia ni riqueza. Enamorados a primera vista el marchó a la guerra en busca de riqueza. Ella prometió que le esperaría. El romance acabó en tragedia.
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La leyenda de los amantes de Teruel
La historia de los amantes de Teruel está llena de tragedia, devoción y honestidad. En el Teruel del siglo XIII Isabel de Segura se encontraba en el mercado cuando se cruzó con Diego de Marcilla (a veces identificado como Juan Martínez de Marcilla). Ambos jóvenes se enamoraron de inmediato. No necesitaron Celestina alguna que interviniera.
El joven Diego, al estar en edad de casarse, fue a ver al padre de la joven, Pedro de Segura, para pedir su mano. Según parece, el muchacho provenía de familia ilustre pero empobrecida así que el padre de Isabel, que era un rico mercader, le dijo que le entregaría a su hija si ganaba el dinero para mantenerla.
No está claro si el padre ya tenía apalabrada la mano de su hija a otro hombre o tenía verdaderas razones para rechazar a Diego, pero lo cierto es que Diego fue a la guerra. Eran los tiempos de Pedro II el Católico y la Batalla de las Navas de Tolosa, una buena época para hacer fortuna con el botín de guerra. Sin embargo, tras años de campaña, Diego no había regresado ni se tenían noticias de él.
Las bodas de Isabel de Segura
Hasta ese momento, Isabel había convencido a su padre de que no la casara, asegurando que quería mantener su virginidad hasta los veinte años. Pero llegó un momento en el que el mercader entregó la mano de su hija a otro hombre, Pedro de Azaga. El mismo día de la boda, Diego de Marcilla regresó a Teruel. Isabel de Segura ya se había casado.
Destrozado, Diego acudió a la joven y le pidió un beso. Ella, que acababa de jurar votos hacia su nuevo marido, le dijo que no podía hacerlo y Diego murió allí mismo. Al día siguiente se celebró el funeral de Diego. La extraña muerte del joven hizo que toda la ciudad acudiera al acto, incluida Isabel. Ella, arrepentida por no haberlo besado en vida, puso sus labios sobre los del cadáver. Fue en ese instante cuando ella murió. Toda la ciudad quedó conmocionada por los hechos. Y, ante semejante prueba de amor, los turolenses decidieron enterrarlos juntos, iniciándose así la leyenda de los amantes de Teruel.
La leyenda de los amantes de Teruel en la actualidad
Si te interesa la historia de la leyenda de los amantes de Teruel te recomendamos que te dejes caer por Teruel durante febrero. Las calles de la ciudad rebosan de gente vestida de época medieval y se respira un ambiente festivo. El ayuntamiento se ha volcado con la leyenda y la recreación histórica, mejorando cada año los servicios y la disponibilidad hotelera, pues cada vez son más los turistas que acuden a los actos con la esperanza de ver una historia de amor y tragedia.
La recreación incluye en primer lugar la boda de Isabel de Segura con don Pedro de Azaga, la llegada de Diego Marcilla a Teruel para culminar con la petición del beso. Estos actos, repartidos en tres días, se complementan con mercados medievales, exhibiciones teatrales y de esgrima y juegos populares. Una buena ocasión para el turismo de interior.
Novelas históricas sobre la leyenda de los amantes de Teruel
Por último, decir que un romance y una historia como la de los amantes de Teruel se merecía su propio libro histórico. Y la autora aragonesa Magdalena Lasala escribió El beso que no te di. Cuando nos preguntan por historias románticas medievales siempre recomendamos esta. Una novela que nos traslada al Teruel del siglo XIII. Una recreación fidedigna de las costumbres de la época, la vida en las ciudades medievales, los acuerdos matrimoniales… Y la leyenda de los amantes de Teruel, junto con el amor que los llevó a la tumba.